lunes, 27 de julio de 2015

El pecado de "una" mirada

Orad también a través de los ojos.



Aquel que mira a una mujer deseándola ya cometió adulterio en su corazón, sentencia grave y cierta de Jesús para todos aquellos que creen que leve mirada libidinosa está libre de culpa se equivoca, cualquier pecado por pequeño que sea desestabiliza el equilibrio cósmico emocional del universo.

A diferencia de lo que entra por la boca del hombre y termina en el escusado, lo que entra por los ojos termina irremediablemente en su mente y corazón y depende esa mente y corazón como volvería a aflorar los ojos son la entrada y salida de la mayoría de los detalles de la vida del hombre. Todas las relaciones humanas se concrequetizan a través de los ojos exceptuando a los invidentes.Ninguno de los sentidos es más valorado que el sentido de la vista, por es bueno que hagamos ciertas reflexiones.

Hay mil formas de mirar, la mayoría negativo: La altanera, la despreciativa, la dominante pero sobretodo lo que condena Jesús, la mirada codiciosa con deseo; la que contamina las relaciones humanas.

¿Es lícito mirar a una mujer sea cualquiera contemplarla con indecencia y hacerle guiños deshonestos?, ciertamente que no.

Ya que tanto se predica en los derechos humanos, no tiene una mujer atractiva derecho a que se la contempla con decencia, respeto, pureza de alma, y limpieza de mente sin atropellarlas con la sucia imaginación. ¿Somos bestias, animales salvajes, incapaces de dominar nuestros instintos y concupiscencias?, ¿por qué la carnalidad prevalece contra nuestra recta conducción?

Seamos honestos con nosotros mismos y ahora sí me refiero a los humanos con , en la fé; solo hay una manera de revertir este uso impropio de los ojos, la oración incesante: no tenemos porque sacarnos los ojos y quedarnos ciegos para no pecar ya que el mal está en nuestra mente y corazón; pero sí podemos orar sin cesar y pedir que todo aquello que entra por los ojos sea procesado y filtrado en la oración acrisolada y purificada del espíritu de Dios y que solamente sirva para admirar la belleza y la forma de las mujeres creadas con fantástico inspiración a su imagen y semejanza.

sábado, 25 de julio de 2015

¿Y tú?

Estaba enfermo en la cárcel y no me visitasteis.




Que corto es el afecto de los hombres. Qué ingratitud con los semejantes. La ausencia de un ser querido lo reemplazamos por otro más cercano. “La vida es una sola, si falta el tiempo para uno menos va a sobrar para otro”.


La humanidad ha sido absorbida desbordada al tremendo desarrollo social, y el hecho de vivir en zonas urbanas, cad vez más crecientes; ha ido afectando las relaciones de cercanía, y en medio de un mar de gentes, nos vamos volviendo egocéntricos casi por inercia y sin darnos cuenta; y , cada vez visitamos con menos frecuencia; y si está enfermo o preso peor, no queremos que nos transmita sus problemas y menos cargan con el peso de sus culpas y dolencias. Los infrecuentamos, hasta el abandono.


Jesucristo que conoce el corazón de ambos: del ingrato como del necesitado instituye un vínculo de obligación moral como si se tratara de él a todo aquellos que profesan su fe; consta a no desechar de ninguna manera. No existe ser más miserable, sórdido, indignante compadecible y deshumanizado que un preso o enfermo abandonado a su suerte.


Pero el Señor no solamente se refiere a estas personas que pueda ser nuestros amigos o nuestros familiares como parte del entorno social, sino también a nuestros hermanos en la fé.


Aquellos miembros de la comunidad cristiana, que escandalizado por algún pecado grave o escandalizado por sus propios pecados, está preso en las garras de Satanás; que acusa a el y sus hermanos como que no cambiarán nunca y ya no quiere saber nada de la comunidad. Otros enfermos por su anímica fe no puede superar la virulencia de su juicios contra todos.


A estos hermanos hay que asistirlos cubriendo su vergonzosa desnudez con los ropajes de las continuas visitas, alimentandolos con el pan de la comunión desviando su sed con el cáliz de la misericordia.


De otra manera Jesús nos dirá en el juicio:


“No os conozco, apartaos de mi presencia agentes de iniquidad”

domingo, 19 de julio de 2015

No te conformes con el Primer premio, los que vienen son mejor

El premio mayor


Oyes la voz del Señor y sientes su dulce llamado para sentirlo, sé valiente, no temas y ve con ánimo dispuesto. Porque la misión que te va a enmendar nuestro señor no es nada dulce al paladar ni agradable a la razón , es más, está llena de contradicciones, de absurdos y hacer el ridículo muchas veces. no verás el éxito material y los logros espirituales estarán condicionados por el Señor.
En la cristología no existen castigos solo se regalan premios: El desprecio, la indiferencia de todos aquellos que no querrán escucharte, aún más. algunos te insultarán y te mirarán con odio porque creerán que estás extraviando e intoxicando a los demás. muchas veces sentirás impotencia al notar que tu predicción no dura ni deja huellas; te preguntarás si está bien el tiempo que estás desperdiciando o mejor vuelves a tu tiempo que perdido a recomenzar lo que un día dejaste pendiente. Si sigues insistiendo recibirás azotes en la espalda de tu soberbia y si esto no te amilana, te caerán salivazos en el rostro  de tu orgullo y perderás en la mejilla de tu vanidad, pero eso es muy bueno, porque verás que has llegado a ser, ese siervo inútil que hizo lo que tenía que hacer y recibió lo que tenía que recibir.

A partir de ahí ya no te importará que te abofeteen públicamente, ni que te azoten como un espectáculo ofrecido a los morbosos sanguinario; las espinas de las miserias humanos con cada hincón te hará bendecir al Padre; y con la despreciado cruz de la salvación, recorrerás el interminable camino hacia el monte de la ignominia y antes de morir pedirás por todos aquellos que te han glorificado con sus informes y morirás libre, uniendo en un, abrazo escatológico al cielo y la tierra, el amor y el perdón; y como una último consideración de traspasan el costado el costado con la lanza como un epílogo a tu pasmosa agonía.

¿Quiéres un premio mejor?..........

domingo, 12 de julio de 2015

Ama y luego ten fe

La gracia antes que la fe.



Señor yo te amo porque estoy seguro de que tú me has dado la vida y has hecho una historia estupenda hasta el día de hoy. Pero a veces siento que no te amo con la suficiente grandeza con que debería amarte. Porque me cuesta ser amable con la esposa que me has dado, cuando ella no hace las cosas como yo quiero y en el tiempo que quiero. Y tampoco soy generoso con mis hijos cuando siento que gastan más de lo que yo puedo proveer.


Yo pensaba señor que tenía fe, porque todo me iba bien; no sentía necesidad, podía ayudar a los que me necesitaban; pero hoy, que falta para mi, he perdido hasta la alegría de ver el amanecer, ver la naturaleza, oir el ruido de la gente labrando su futuro; todo me parece gris, tan oscuro.


Ayúdame Señor, concédeme la gracia de aceptar tu voluntad: La falta de pan, los accidentes, las enfermedades, la evasión de los amigos, la incomprensión de todo aquellos que me rodean.


Concédeme Señor la gracia de la auténtica fe que se derrama a través del costado de tu hijo Jesucristo, para como él poder hacer tu voluntad y entrar en la cruz de cada día con los ojos brillantes y el rostro rebosante de alegría; con el corazón dispuesto a amar a mi esposa, a mis hijos, a mis hermanos de comunidad y entrar en la obediencia.  

viernes, 3 de julio de 2015

El afecto y el amor

La caridad en tiempo de Dios: Amor y afecto


Dios ha creado al hombre para amar y para el amor, qué duda cabe; de otra manera no hubiera podido constituir comunidades ni construir sociedades. Lo que sucede es que confundimos el afecto con el amor, son sinónimos aparentes pero no necesariamente significa lo mismo; aunque los dos son: Dones de Dios.


Una de de las características del afecto es que nos ayuda a aproximarnos a los demás, fijándonos en sus atractivos físicos, cualidades o virtudes; pero es lo más contradictorio y discriminador del ser humano. Porque si no encontramos ninguno de estos atributos simplemente los desechamos y vamos en busca de otra persona a fin de nuestro gusto y pretensiones. Y por tanto el afecto es solo una parte del amor, ciertamente es la parte más útil porque nos relaciona con los demás; sin embargo no nos transporta de ninguna manera a la dimensión del amor y perdón.


¿Cómo perdonar a quien le hemos entregado nuestro afecto, cariño y corazón y nos ha traicionado?
¿Cómo perdonar a la persona que le hemos brindado toda nuestra amistad y ha hecho trizas la confianza?
¿Cómo darle la mano a aquellos que nos deben algo, se hacen los desentendidos y encima habla mal de uno?


Todas estas traiciones,promesas sin cumplir, etc. Son parte de un designio de Dios: Que aparezca el amor.


¿Qué mérito tiene aquel que ama a los que le aman, aquel que presta a los que van a devolver o aquel que es injuriado porque lo merece?


“Amad a vuestros enemigos, a todo aquel que te odia y te difama; a todos aquellos que rompen tus afectos, es que esquemas proyectos, seguridades y te deja en el aire”
¡Bendecid y Perdonar siempre!
¡Señor eso es imposible!
¡No hay imposibles para Dios, íseguidme!

miércoles, 1 de julio de 2015

Nuestro abismo

Pecado


Resultado de imagen para el pecado original

Pecado es todo aquello que nos aleja de Dios.
Pecado, es todo aquello que nos aleja de los demás.
Pecado es todo lo que impide estar en paz contigo mismo.
Pecas con los ojos al mirar con deseo.
Pecas con la lengua cuando dices insensateces.
Pecas con el oído cuando escuchas mentiras y no corriges.
Peca la autoridad al no ejercer debidamente la ley.
Peca el fiscal cuando acusa sin pruebas.
Peca el juez con las sentencias injustas.
Se peca cuando se achica una verdad y se agranda una mentira.
Se peca por no hablar oportunamente.
Se peca por hablar de más.
El pecado es un desprecio a Dios: Idolatría y apostasía.
Es un desprecio a sí mismo: Depresión y suicidio.

Hoy en día se ha sustituido esta palabra por otros de menor impacto como falta o debilidad, atenúan de su gravedad y que su uso se haya confinado a la homilía de los sacerdotes y a las escasas confesiones y se ha extirpado del habla citadino. Esto quizá sea el peor y el más grave pecado.