El premio mayor

Oyes la voz del Señor y sientes su dulce llamado para sentirlo, sé valiente, no temas y ve con ánimo dispuesto. Porque la misión que te va a enmendar nuestro señor no es nada dulce al paladar ni agradable a la razón , es más, está llena de contradicciones, de absurdos y hacer el ridículo muchas veces. no verás el éxito material y los logros espirituales estarán condicionados por el Señor.
En la cristología no existen castigos solo se regalan premios: El desprecio, la indiferencia de todos aquellos que no querrán escucharte, aún más. algunos te insultarán y te mirarán con odio porque creerán que estás extraviando e intoxicando a los demás. muchas veces sentirás impotencia al notar que tu predicción no dura ni deja huellas; te preguntarás si está bien el tiempo que estás desperdiciando o mejor vuelves a tu tiempo que perdido a recomenzar lo que un día dejaste pendiente. Si sigues insistiendo recibirás azotes en la espalda de tu soberbia y si esto no te amilana, te caerán salivazos en el rostro de tu orgullo y perderás en la mejilla de tu vanidad, pero eso es muy bueno, porque verás que has llegado a ser, ese siervo inútil que hizo lo que tenía que hacer y recibió lo que tenía que recibir.
A partir de ahí ya no te importará que te abofeteen públicamente, ni que te azoten como un espectáculo ofrecido a los morbosos sanguinario; las espinas de las miserias humanos con cada hincón te hará bendecir al Padre; y con la despreciado cruz de la salvación, recorrerás el interminable camino hacia el monte de la ignominia y antes de morir pedirás por todos aquellos que te han glorificado con sus informes y morirás libre, uniendo en un, abrazo escatológico al cielo y la tierra, el amor y el perdón; y como una último consideración de traspasan el costado el costado con la lanza como un epílogo a tu pasmosa agonía.
¿Quiéres un premio mejor?..........

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