martes, 5 de mayo de 2015

Dos virtudes que cambiarían el mundo.

La fidelidad  y la lealtad



  


La fidelidad es la lealtad a todo tipo de relación; una amistad, un matrimonio o cualquier forma de unión sentimental. Y La lealtad es la fidelidad a la amistad. A toda persona con quien se mantiene una relación amical y a toda palabra empeñada.

Estas dos virtudes; indesligables, inseparables, convergentes e indisolubles, son incontrastables: no puede haber alguien que sea fiel y desleal o un infiel que sea leal, se crearía una contradicción, pues, el infiel será desleal por siempre y el desleal nunca podrá ni será fiel.

La fidelidad y la lealtad, son los soportes del edificio social, sus columnas y sus vigas. Sin estos dos factores cohesionadores, la sociedad se sacudirá y no se podrá sostener. La buena fe, la credibilidad, la confianza, la seguridad, los contratos, el comercio, los tratados internacionales subsisten en función de estos dos elementos, inclusive el presente y el futuro.

El infiel es un infeliz que buscando la felicidad propia, hace infelices a los que le quieren el bien. El desleal es inconforme, irresponsable, e incapaz de ser fiel a todo compromiso destruye toda relación humana.
Ambos son propensos a la mentira y a al engaño, sobre todo, a la corrupción. La infidelidad de Adán y Eva a Dios abrió las puertas del pecado; la deslealtad de Caín hacia Abel provocó el primer homicidio (fratricidio). La fidelidad propicia la paz; la deslealtad provoca la guerra.

¿Cómo puede esta humanidad desconcertada volver a recuperar estas dos “Virtudes”?.
Hay un solo camino defender la institucionalidad matrimonial. Nunca como hoy este sacramento ha sido relativizado, despreciado, minimizado, ridiculizado y hasta mongolizados a todos aquellos que la defienden.

El matrimonio es la mejor escuela para cultivar la fidelidad y lealtad. Es el espejo donde de reflejarán todos aquellos que heredarán y constituirán el futuro: Los hijo, el amor y la amistad están comprometidos con estos dos valores.

¿Qué sería de este mundo si llegaramos a olvidar estas dos joyas y lo desechamos?
Yo pienso que el caos total… Y ustedes, ¿qué opinan?


Un versículo del Salmo 85 nos recuerda que: 

"Cuando la misericordia y la felicidad se encuentran la justicia y la paz se buscan."  

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